
MÚSICA CLÁSICA
La música Clásica se cultivó en Uruguay durante la época colonial. Sus gestores fueron la iglesia, el teatro y el salón privado. En ese contexto la Misa para Día de Difuntos, de fray Manuel de Úbeda, es considerada la primera obra musical compuesta en Uruguay.
El teatro abrigó manifestaciones tempranas como la tonada escénica, el melólogo y la zarzuela, que a partir de 1820 abrieron paso a la ópera italiana. Esta se consolidó como la preferida del público montevideano a partir de la inauguración del Teatro Solís, en 1856.
Entre el último tercio del siglo XIX y la primera mitad del XX, por iniciativa de la sociedad civil y en el ámbito privado del salón, se promovió la música de cámara y sinfónica.
Aportaron conservatorios musicales e instituciones como la Sociedad Musical La Lira y el Instituto Verdi.
Hubo una generación de precursores que agrupó a los primeros compositores uruguayos y músicos de procedencia europea, como Francisco Debali, Oscar Pfeiffer y Dalmiro Costa, quienes permanecieron activos entre 1830 y 1880.
Sobre finales del siglo XIX se consolidó una generación de compositores uruguayos de envergadura: Tomás Giribaldi, León Ribeiro y Luis Sambucetti, que representan la estética romántica.
Durante las primeras décadas del siglo XX prevalecieron orientaciones musicales como el nacionalismo —representado por Eduardo Fabini, Alfonso Broqua y Luis Cluzeau Mortet— y otros movimientos contemporáneos representados por César Cortinas y Carmen Barradas.
Las generaciones de compositores nacidos en el siglo XX cultivaron distintas estéticas y están representadas por compositores como Carlos Estrada, Héctor Tosar, Antonio Mastrogiovanni, Diego Legrand y Beatriz Lockhart.
Fuente: MEC

"Lo que tengo en mi corazón y en mi alma debe encontrar una salida. Esa es la razón de la música."